Salvadores de lo propio, destructores de lo ajeno

Recientemente ha surgido en España un movimiento social, reconvertido en hace menos de un año en partido politico, que se erige en salvador de lo propio a toda costa y destructor de lo ajeno. Poco o nada de lo hecho por los demás es salvable, solo lo que ellos consideran debe ser llevado a cabo, su actitud de "salvapatrias" o de "defensores del género humano" (sus aspiraciones son ilimitadas) no dejan títere con cabeza. Armados con una dialéctica atractiva, lírica, nada práctica, y supeditados a un movimiento asambleario que enaltece a los desencantados pero sin soluciones a los problemas actuales pretenden llegar a la Moncloa al ritmo de un reloj con un tic-tac que marca una hora decimonónica y que continua retrasando notablemente

Defensores de la "honestidad" desde el minuto 1 (movimiento 15M) y surgidos desde las filas de los partidos de izquierda van quedando en "paños menores" en su lucha reivindicativa contra la corrupción a medida que se destapan escándalos de su clase dirigente, el llamado "clan de Somosaguas".

Los díscolos o rebeldes a sus tesis son apartados de su trayectoria como Echenique o Enric Martinez, sin más argumentos que no seguir los principios politicos del movimiento "Podemos".

El tsunami se vislumbra en la lejania y es de esperar que llegado el momento de que cuando toque tierra se hayan construido las defensas necesarias para que no dejen todo hecho un solar.

Deseo que sigamos por el camino que marcamos todos los españoles en 1978 con las enmiendas constitucionales que se crean necesarias y con una justicia que combata la corrupción y la destierre para siempre. No me sirven fórmulas magistrales, preparadas por "recien llegados" con escasa o nula experiencia y con modelos nada democraticos en sus ideas.