El 30 de enero la mujer de Carlos Martín, un gestor de empresas residente en Shanghái, lleva una semana diciendo, según El Confidencial, que se quiere marchar a España. "Ella, que es china, veía la cosa muy mal aquí. Acababan de cerrar toda la provincia de Hubei y los chinos estaban realmente tensos". Carlos se lo piensa. "Ese día leo en el periódico queel embajador españo sigue de vacaciones, luego me llama un amigo y me dice que acaba de aterrizar en Barajas. Me cuenta que le han hecho controles de temperatura al salir de China, que nadie se quitó la mascarilla en 13 horas de vuelo pero que al llegar a España… ni cuarentena, ni controles, ni protección… Nada. Cada uno por su lado. Nada más colgar, le mandé un mensaje a una persona de la embajada diciéndole que tenían que hacer algo, que tenían que tomar nota… Me di cuenta de que no se lo tomaban en serio".
Seguimos sin salir del 30 de enero. La Unión Europea convoca una reunión urgente del Comité de Seguridad Sanitaria para analizar la decisión de la OMS, que acaba de declarar el coronavirus una "emergencia de salud pública internacional". La mañana siguiente, día 31, los países que acuden no se muestran muy preocupados, le quitan hierro y aseguran que no es necesario tomar "contramedidas médicas" de prevención.
Los técnicos de Bruselas interrogan a los participantes sobre si disponen de suficientes equipos de protección individual (EPI). Solo cuatro gobiernos admiten problemas en caso de emergencia. España no está entre ellos. Al día siguiente, el uno de febrero, el paciente cero italiano, Mattia Y. M., se infecta cenando con un amigo procedente de China. Las autoridades italianas sitúan ahí el inicio de la epidemia de Lombardía y Véneto.
El 29 de febrero, sin entrar en los informes, noticias del exterior y otras circunstancias relacionas y ya conocidas suficientemente, en el Aeropuerto Adolfo Suarez-Madrid-Barajas, todavía no se habían tomado medidas de control sanitario a los viajeros que llegaban a la ciudad. Sin embargo en el aeropuerto José Martí de La habana, aeropuerto frecuentado por aeronaves chinas, todos los trabajadores portaban mascarilla.
España cometió un error estrategico al carecer de una planificación adecuada, la cual debe ser adaptativa por parte del Ministerio de Sanidad previendo todas las situaciones posibles. Nadie se puso en el caso peor. Es más se desbordo euforia por doquier.
Los errores tácticos relacionados con el material sanitario (marcarillas, guamtes, buzos, bastas, patucos), registros de contagiados basándose en la realizaciñon de la PCR (por sus siglas en ingles Reacción en Cadena de la Polimerasa) y de fallecidos, sin contar los oprerativos como cuidar a los sanitarios para que se produzace el menor numero de bajas, protección y blindaje de residencias de ancianos.