Himno y respeto

Viñeta de Juan Carlos Contreras en el diario Jaén Sierra de Segura

Polémica absurda la vivida estos días con algo que consitituye una simple expresión sentimental de la libertad individual. El respeto mutuo se manifiesta con símbolos y con gestos. Dar la mano o hacer una reverencia es ago natural en otras sociedades, es una muestra de afecto y de hospitalidad.

Legislar "ad hoc" es exagerado. Si asi se hicera habría que hacerlo por muchas más cosas. Hay algo que se llama urbanidad (omportamiento correcto y con buenos modales que demuestra buena educación y respeto hacia los demás)  y eso se enseña (o se enseñaba) en la escuela.

Sancionar penalmente es algo que está fuera de lugar. Es cosa juzgada. Sancionar administrativamente a los que significativamente han apoyado el gesto debe llevarse a cabo. Son ellos, los que sancionan a los que incumplen las normas establecidas, por xenofobia o incitar a la violencia entre otras causas, los que deben dar ejemplo. Clubes participantes, Federación, asociaciones, organizaciones y partidos deben responder ante toda la sociedad ante tal muestra de mala educación hacia un simbolo que representa a todos los españoles. No valen subterfugios que les impida pagar su desafección y desidia institucional. Lo recaudado que sirva para comprar hipoteticos "silbatos" contra las miserias de la sociedad en la que vivimos.

Estos días las opiniones dispares se han multiplicado. Políticos y periodistas han propuesto cambiar la denominación de la competición. No les parece adecuado, por herir sensibilidades, que se denomine Copa del Rey, tampoco Copa de España. No hacen más propuestas. Esconden el bulto y demuestran que buscando una nueva denominación se soluciona el problema.

El Rey de todos los españoles y su Casa ya se han pronunciado. No es necesario cambiar las Leyes para defender a la Corona ante situaciones como la vivida el pasado sábado día 30. La Corona se defiende por si sola apoyada por el cariño de millones de españoles de bien.

Gracias Señor por mantener con Majestad el tipo. Otros, "representantes" del Estado, lucieron una sonrisa sarcástica, orgullosos de causas perdidas y sin historia que las ampare hicieron el más estrepitoso de los ridiculos.