Más de lo mismo ... pero más grave, si cabe

El supremacismo imperante en el Parlament catalán ha traido como consecuencia la elección con los votos de las fuerzas secesionistas y la abstención de los anticapitalistas de un fanático Torrá que no parece ir de farol y que promete medidas que pueden resultar letales para una sociedad catalana herida en lo más profundo de su ser.

Hoy mismo ha tomado posesión de su cargo en dependencias no habituales, sin la presencia del los representantes del Gobierno de España, omitiendo a la Constitución y al Rey en una clara afrenta a  las instituciones y al Estado, un personaje títere que promete lealtad a un fugado y a un "PUEBLO" de Cataluña que solamente existe en su mente.

El nacionalismo catalán siempre ha manifestado, de forma más explicita o menos, desde sus origenes, un aire etnicista, sectario, supremacista y excluyente. Para nada, se ha tenido en cuenta el esfuerzo realizado por cientos y cientos   de personas llegados de otros puntos de España y que han dejado en esa tierra sangre, sudor y lágrimas.

Es profundamento injusto lo que esta sucediendo en Cataluña, injusto con esa personas que reposan en tierra catalana y que han dejado todo su esfuerso y tesón en hacer una Cataluña próspera.

Prat de la Riba, Pompeu Gener , Puig i Sais, Martí y Juliá, Rovira i Virgili ... y ahora Mas Gavarró, Puigdemont Casamajó,  o el actual elegido Torra i Pla, además de un interminable número de seguidores que sin apellidos catalanes actuan de compañeros de viaje haciendo de la teoria del tonto útil una realidad manifiesta, han creado una teoria supremacista y etnicista que averguenza al más sensato de los catalanes.