Desaforamiento ... pero poco

El anuncio de Sánchez, justo al cumplir 100 días de su llegada al Gobierno,  de eliminar el aforamiento supone un movimiento táctico con el que busca recuperar la inciativa perdida justo en unos tiempos que le son adversos.

Todo ello a cinco días de que la Ministra Delgado descartara eliminar los aforamientos por completo por considerar que la coyuntura del país no es la adecuada para una reforma de la Carta Magna. Es decir, eliminar el aforamiento, pero solo de aquello que  interese.

La pretendida acción del Gobierno, lejos de sus obligacíones, son las siguientes

Mediante un cambio improvisado, no bien motivado, busca atacar al lider de la oposición colocándole en una situación delicada por el asunto de su curso de doctorado.

Al eliminar el aforamiento pretenda desactivar el futuro juicio contra los presuntos golpistas catalanes  por parte del Tribunal supremo

Utilizar una pretendida reforma constitucional como arma partidista y buscar árnica en los partidos que le apoyan. En definitiva, utilizar la representación soberana del pueblo español como trampa para mantenerse en el poder. 

Acotar el aforamiento de los miembros del Gobierno y los parlamentarios  a aquello que afecta al ejercicio estricto de sus funciones, con la finalidad de que casos como el de Casado puediera haberse tratado en un juzgado de Instrucción de Primera Instancia.

Sánchez más que un presidente transparente de un gobierno de un Estado democrático  se esta convirtiendo en un experto en tretas.