Demasiada prisa

 

El dictamen de la sala Tercera del Tribunal Supremo sobre la objeción de conciencia de la asignatura Educación para la ciudadanía me ha devuelto a la época en que cursaba Bachillerato en el Instituto. En aquellos años existía una asignatura que se denominaba Formación del Espíritu Nacional. Han pasado casi cuarenta años y tengo la impresión de que poco o nada han cambiado las cosas en materia de Educación aunque he de reconocer que la mía era mejor, entre otras cosas porque no tengo por norma arrepentirme de lo que ha pasado tiempo atrás da soy consciente de que esa edad no la volveré a tener más. Esa educación más los valores que mis padres me inculcaron han hecho de mi la persona que soy y ¿quién se puede arrepentir de eso?. Pero también contaba con que el tiempo no pasa en balde y que se va aprendiendo de los errores que se cometen. Pues no, seguimos cometiendo los mismos errores. Se sigue utilizando la educación con fines políticos y no me refiero a la necesidad de esta asignatura, llámese como se llame, que considero necesaria sino a la  utilización de las materias que en esa asignatura se dan. Afortunadamente y a la espera de leer la sentencia una vez redactada me complace leer que no se permite la objeción de conciencia (tenia que haber resuelto el poder judicial de la misma forma cuando se planteo la insumisión a la ley del Servicio militar o cuando, aún hoy, se vulnera la propiedad particular con la ocupación de viviendas y edificios por los denominados “antisistema”) pero no se permite a las autoridades administrativas y a los  profesores imponer  a los alumnos criterios morales o éticos que son objeto de discusión en la sociedad. Pues bien, esto, difiere mucho de lo que la ministra Cabrera ha dicho tan pronto se ha hecho publico el dictamen en el video que, al parecer, grabó antes de que se hiciera público el dictamen (me imagino que quería adelantar los deberes para tener más tiempo libre) o las explicaciones que José Antonio Alonso, portavoz del PSOE, ha dado en el congreso o las del propio José Blanco, segundo de Rodríguez Zapatero comparando los valores que pregona la constitución con el uso que debe darse al preservativo. Si, señores, se han dado demasiada prisa, advirtiendo que los alumnos que no han cursado esta asignatura por haberla objetado sus padres tendrán que ir a clase de inmediato porque sino no podrán ser evaluados dado que ésta tiene el mismo valor que otra, pongamos por ejemplo, las matemáticas o el lenguaje.

Respetable el dictamen, leeremos la sentencia cuando se haga publica. Incomprensible la actitud de los políticos en un asunto que, como tantas cosas, ha dividido la opinión de los españoles.

En fin, ver para creer.