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El río se muere, a pesar de los medicamentos

El río se muere, a pesar de los medicamentos

Un estudio del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua que el CSIC tiene en Barcelona demuestra que  la cuenca del Ebro esta contaminado por medicamentos.

De las 73 sustancias farmacológicas rastreadas en el Ebro y sus afluentes, 6 aparecieron en todas las muestras: dos antiinflamatorios –el ácido acetil salicilico de la Aspirina y la propifenazona del Optalidón-; un regulador de lípidos –el gemfibrozilo-; un antiepiléptico –la carbamazepina-; y un antibiótico –la claritromicina-.

Otros medicamentos casi omnipresentes fueron los compuestos del Ibuprofeno, el Voltarén, el Antalgin y el Paracetamol.

En cuanto a las concentraciones medidas, las mayores también correspondieron a los analgésicos y antiinflamatorios, seguidos a gran distancia por los fármacos contra la hipertensión.

Damiá Barceló, coautor del informe, comenta que “no hay que alarmarse, pero los rios son un cóctel impredecible”.

En cuanto a las soluciones este autor apunta que “hay que unificar criterios entre todas las comunidades y, sobre todo, aumentar los tiempos de retención hidráulica. Hemos comprobado que, cuanto más tiempo están las aguas residuales en la planta, mejor se eliminan los medicamentos”. Otros campos de actuación son mejorar las prácticas veterinarias de la cabaña ganadera para no utilizar antibióticos de forma innecesaria y concienciar a los ciudadanos para que reciclen bien sus fármacos. Se calcula que el 20% todavía se tira por el retrete o el lavabo.

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