El largo pero fecundo camino de algún politico

¡Os la he pegado! parece decirnos Puyol. El "MUY HONORABLE", el defraudador confeso, ha engañado a todos los españoles y ha hecho un flaco favor a sus correligionarios de Convergencia, ansisosos en los últimos tiempos de pregonar a todo viento y casi de forma insultante que "España nos roba".

La trayectoria independentista emprendida por Mas de la mano de los republicados de ERC puede verse duramente comprometida con esta noticia probablemente dada a conocer por los propios Pujol siguiendo alguna estratagía defensiva.

Causa repugnancia que quién ha ejercido de máximo dirigente de la autonomía catalana haya pontificado desde su poltrona llamando a la ética y al buen nombre del pueblo catalán y que, ahora, haya salido con esto. La familia Pujol ha traicionado a los españoles en lo más profundo de su teórica identidad.

La afrenta no puede quedar saldada con el pago de la deuda y de las correspondientes sanciones e intereses. Pujol debe renunciar a todos los reconocimientos oficiales y someterse a las responsabilidades que tenga, incluida la inhabilitación para ejercer cargos y representación. El "defraudador" debe dejar de cobrar sueldo como expresidente y dejar de usar las prebendas que, en su día, se le reconocieron

Pujol considerado por muchos un prócer de la política ha hecho un flaco favor a la clase política y son sus componentes los que deben pedir que la situación se aclare inmediatamente. También los catalanes, en su totalidad, y el resto de españoles deben exigir que la cuestión no se salde, exclusivamente, con un arrepentimiento de quien ha utilizado la ambigüedad como arma política sino que la resolución del hecho signifique un ejemplo sancionador sin parangón en la historía de este país.

La corrupción debe combatirse desde TODOS los poderes del Estado