¡Ay, Carmena!

Desgraciadamente no estamos ante una obra de teatro, estamos ante una realidad, España. Un país al que algunos han tomado como su cortijo, en el que todo se justifica, todo lo que les interesa, claro.

Ella, a la sazón juez, justifica lo que haya que justificar. Lo uno y lo otro. No importan las contrradicciones. Ya lo dijo el "profesor": Cabalgar las contradicciones. No es problema.

La alcaldesa de Madrid un día si y otro tambien cuelga en el Ayuntamiento de la capital las pancartas que ella y sus amigos tienen a bien, o a mal, a saber, sin que ningún rubor les acompañe. Es lo que toca, y ¡ya esta!

El sectarismo es asi, intolerante y discriminatorio, fanatico e intransigente con lo ajeno, con aquello que no es reconocido como propio. No importa que  sea ilegal o alegal, se trata de estar en contra del orden establecido, de hacerse notar ya que, todo es justificable.

Ahora Madrid no rectifica, no colgara nada que haga referencia a Miguel Ángel Blanco, por considerar razonable, palabra utilizada por Pablo Iglesias, lo argumentado por la alcaldesa, no significarse con ninguna victima.

No cae en la cuenta de que el asesinato de Miguel Ángel, un joven de Ermua, cambio la actitud del pueblo vasco, saliendo a la calle y enfrentándose a los terroristas. Quitarse los pasamontañas, las manos blancas, mostrar la nuca, no fue un gesto, fue algo más importante, consistio en un gesto de valentia, un acto significativo, un grito que sonaba en cientos y cientos de miles de personas.

Carmena ha demostrado en varias ocasiones no tener escrupulos. Sus viajes en Business Class por prescripción facultativa, la justificación de conductas reprobables de sus concejales, sus propuestas incoherentes ... Nuevamente demuestra que la decisión tomada es una mala decisión. No sumarse al aniversario de un crimen brutal y terrible que movilizó a toda la sociedad española no se justifica con los argumentos dados.

Carmena cae en una iniquidad, en algo mezquino, al no demostrar un minimo de sensibilidad ante lo que supuso un hito en la conciencia ciudadana.

Jamás, jamás se hubiera podido imaginar estar dónde esta.