Incompetencia

Sánchez ha llegado a su máximo nivel de incompetencia. Promocionado por parte de sus correligionarios ha dejado de ser apto para el puesto que ocupa. Su mediocridad ha sacado, probablemente, el mejor partido.

Con toda seguridad, Sánchez ignora cual es su nivel de incompetencia y eso le ha llevado rapidamente a alcanzar su máximo nivel de incapacidad. Paseando por Europa vende un papel de máximo exponente de la socialdemocracia europea y los resultados cantan.

La incompetencia siendo siempre grave, se hace aún más espantosa cuando se ejercita desde el Poder. Su falta de generosidad al servicio de los demás se ve mermada por su marcado narcisismo y su exacervado deseo de notoriedad.

Camino de tres meses desde las elecciones y próxima la fecha marcada para su investidura, nada se sabe sobre si tendrá éxito o no. Tampoco sabemos si es que no quiere o no sabe. Juega con las fechas y los escaños buscando unos resultados que le sean más  propicios para gobernar. Para nada  le preocupa quienes le acompañen. No le importa quien sea su compañero de viaje.

Para el paciente ciudadano, Sánchez viene caracterizado por un defecto en la negociación con el otro. Defecto que le ocasiona un miedo atroz a hacerlo mal y que la sociedad no le perdone.

Como un corifeo del montón dirige a un grupo de políticos cuya capacidad política esta todavía por demostrar. Su gobierno "bonito" no ha hecho otra cosa que gastar poniendo su capacidad de gestión en entredicho.

A veces, los malos gestores disfrazan su falta de habilidad con la agresión, la actitud defensiva, la negatividad o un enfoque autoritario. Este enfoque de gestión, al menos tiene la ventaja de ser relativamente fácil de detectar.

Sánchez esta a mucha distancia de demostrar que es capaz de dirigir un país. La utilización de determinadas cruzadas como cortinas de humo para esconder su ineptitud para resolver los problemas que asolan España entre los que destaca el mayor conflicto territorial de Europa. 

Definitivamente Sánchez no deja de mirarse sus zapatos y le vienen grandes ... pero él no lo ve.