El preacuerdo del embuste

Conocemos a los firmantes. Son los que han firmado un preacuerdo de gobierno sin contar con los votos suficientes para conseguir la investidura, y lo que es más grave, sin el encargo de S. M. El Rey.

Gobierno "progresista" para cuatro años, según ha adelantado el presidente "en funciones".  Es tanta la prisa que les ha entrado a los dos que les ha faltado el tiempo, incluso, diría yo, que ya lo tenían hablado antes de las elecciones. Una verdadera tomadura de pelo, a todos los españoles.

El egocentrismo de uno y el deseo de alcanzar el poder del otro, se han convertido en el "leiv motiv" de la pantomima organizada ayer en el comedor de gala del Congreso de los Diputados. En sus cabezas organizar un gobierno social comunista, frentepopulista, que nos acerque a aquellos gobiernos de la II República que motivaron el enfrentamiento de los españoles.

Sin consenso constitucional, hacen suyo el mandato de los españoles sin que la "victoria" de Sánchez autorice a gestionar lo conseguido por todos.

Con su verborrea habitual justifican hasta lo dicho escasamente hace unos meses, que no es más que lo contrario de lo que pregonan agora. Su palabra no es nada, es humo, y no merecen la confianza de la buena voluntad de los votantes.

La farsa del «gobierno progresista» con unos próximos presupuestos hinchados que la oposición y Bruselas echaran por tierra, probablemente nos hara regresar a la casilla de salida y se empezará a hablar de nuevas elecciones.

La carrera de Sánchez es un permanente monumento al cinismo, su trayectoría política lo atestigua. La de Iglesias no es menos, comunista y bolivariano, no se arrepientre de sus relaciones con Irán.

Es mas que evidente que hay diferencias insalvables respecto a Cataluña entre el PSOE y Unidas Podemos ¿que va a pasar ante la hipotética aplicación del artícuo 155 de la constitución?

Sus lideres representan la cara más tóxica de la mentira. Un pacto entre embusteros no puede traer nada bueno. Eso si, podemos tener dos ejecutivos en uno. Ninguno de los dos se toleran. tiempo al tiempo.

El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.

Alexander Pope (1688-1744) Poeta inglés.